• El Patrono del Instituto


        • Romuald Traugutt nació el 16 de enero de 1826, en Szostakowo (en la raya entre Podlasie y Polesie, al oeste de Hajnówka). Su padre era administrador del patrimonio local. No guardaba memorias de su madre, ya que la progenitora murió cuando el Patrono tenía sólo dos años. Fue criado por su abuela, Justyna Błocka, que le inculcó a su nieto principios religiosos y morales muy arraigados que a continuación desempeñaron el papel significativo a lo largo de toda su vida.  

          Romuald, adecuadamente con su talento a las matemáticas, en 1845 intentó ingresar en la Academia de Ingenieros del Ejército de Tierra en Petersburgo. SIn embargo, fracasó por no gozar de suficiente apoyo. Tuvo que conformarse con ser aceptado por la escuela de zapadores en Żelechów, el centro por el que se graduó en 1848.


          En 1849 inició la marcha con el ejército ruso (al mando del feldmariscal Ivan Paskevitch, ex-gobernador del Zar Nicolás I para el Reino Polaco) hacia Hungría para silenciar los movimientos separatistas. Allí llegó a conocer laas estrategias de la guerilla. Al volver contrajo matrimonio con Anna Pikiel (la novia era protestante, pero se convirtió al catolicismo). Se preparó a las nupcias con la asistencia diaria a los ejercicios espirituales, confesiones y comunión.  

          El 1 de diciembre de 1853 se fue a la Guerra del Kremlin. Al terminarse las actividades militares fue nombrado profesor en la Academia de Ingenieros del Ejército de Tierra en Petersburgo. EL otoño de 1859 le trajo un sinfín de contratiempos. Primero murieron sus dos hijos pequeños y a continuación padecieron su abuela y su mujer. Se sintió abatido físicamente y agotado nerviosamente, sin embargo no espiritualmente abatido. Incluso se acercó a Diós. Siempre tenía los valores religiosos en gran estima y con consecuencia permaneció fiel a sus principios con su comportamiento ejemplar. SIn embargo, en 1862 (en rango de teniente coronel) dimitió del ejército y se dedicó a la agricultura en Polesie.   

          Se unió relativamente tarde al Levantamiento de Enero de 1863, a finales de abril, sin embargo ya el 8 de mayo estaba al mando de un pequeño cuerpo (cerca de 200 personas) que estaba activo en las provincias de Kobryń i Prużań. Se preparó para su nueva misión con confesión y comunión. Su cuerpo militar al principio estaba exitoso (batallas de Herby y Stolin), sin embargo a continuación padeció dos fracasos significativos (defendiendo el campamento fortificado a orillas de Muchawiec) y fue disperso. Al reconstruir el cuerpo (y aumentar la cantidad hasta 500 personas) fue dirigiddo a Wołyń donde fue abatido el 13 de agosto del 1863 durante la batalla de Kołodno. En aquel entonces la salud de Traugutt empeoró significativamente, pero al volver en sí  (entre otros, gracias a la ayuda de Eliza Orzeszkowa quien apoyaba a los participantes del levantamiento) se fue a Varsovia.

          El 14 de agosto fue nombrado general por el Gobierno Nacional. La misma institución le envió con una misión diplomática a París, ciudad de la cual volvió convencido de la importancia de la necesidad de continuar el levantamiento hasta la primavera del 1864. Al fracasar el gobierno de los Rojos que ya no dominaban la situación, frente a una situación desfavorecedora para los participantes del levantamiento, según el decreto del Gobierno de los Rojos,aceptó la responsabildad del mando del levantamiento. Al asumir el cargo el 17 de octubre del 1863 no llamó a servir nuevo gobierno y la autoridad  al mando la sustituyó con su plantilla personal. Sin embargo no se beneficiaba con el usu externo del sello Gobierno Nacional. A partir de octubre del 1863 hasta abril del 1864 de sede de su gobierno le servía su apartamento de conspiración en Varsovia (en la calle Smolna) con asistencia del secretario de estado y jefes de departamentos. Bajo su dictadura el levantamiento floreció y gozó del cambio de aire. En aquel entonces consiguió mantener y reorganizar el ejército y planeando escalar las actividades militares intentaba unir las fuerzas del levantamiento en grupos más numerosos hasta el nivel del corpus inclusive. Se esforzaba en estimular la ejecución del decreto del levantamiento de la abolición del vasallaje. En enero del 1864 intentó, en vano, a iniciar, en primavera, el levantamiento en masa.

          El general Romuald Traugutt fue preso por la guardia civil rusa el 10 de abril del 1864 y hasta el 18 de mayo estuvo encarcelado en Pawiak y a continuación mudado a la Citadela de Varsovia al pabellón X, celda 20. Tras una interrogación dura representó con dignidad a la nación y al pueblo. En la carcel sobrevivió sólo cuatro meses. Los rusos decidieron ejecutar a Romuald Traugutt y sus cuatro colaboradores más cercanos, Jan Jeziorański, Rafał Krajewski, Józef Toczyski i Roman Żulujski, de una manera pomposa y ostentosa. La detención y la ejecución pública de líderes del levantamiento quienes, según la letra del dictamen del consejo de guerra, fueron enumerados como miembros del Gobierno Nacional, tenían como objetivo privar a los polacos del espíritu militar.   

          Cuando, durante de la ejecución del día 5 de agosto del 1864, el comandante de la guardia civil de Varsovia preguntó: Quién de vosotros es Traugutt? Traugutt se acercó a él y, según cuenta Olga Gołębiowska, levantó la cruz y en ambas las manos, igual a Jesu Cristo, cuando sumía al poder de los soldados: Aquí estoy y en su figura, aunque frágil y menuda, había algo noble, supraterrestre, casi santo....  

          El historiador ruso, Berg, por su cuenta, presente en la ejecución, entre 30 mil personas inmersas en silencio y tristeza observó: En los últimos momentos de su vida unió las manos, levantó los ojos hacia el cielo. Así, con la cabeza bien alta, permaneció en la horca aún cuando al comprobarse su muerte se le quitó la venda triangular que cubría sus ojos. Los reunidos rompieron en lágrimas y daban gritos de temor. Al final se oyeron las notas del Santo Diós, pero la orquesta militar lo encordeció todo.  

          Los cuerpos de los condenados permanecieron en la horca bajo la vigilia de la guardia militar hasta terminarse el atardecer y al amanecer del día siguiente fueron enterrados en el foso de la Citadela, sin el respeto debido, cubiertos de cemento para que descompusieran más rápido.